lunes, 5 de noviembre de 2007

SOLEDAD EN COMPAÑIA

"Domingo 20 de mayo de 2007.

6:45 Hrs. EL sale a caminar como todos los días. ELLA se queda durmiendo.
7:50 Hrs. EL regresa de caminar. Riega el jardín. Se baña. ELLA sigue durmiendo.
8:45 Hrs. EL una vez bañado, lee el periódico, dormita brevemente.
10:30 Hrs. ELLA se despierta y se baña. EL dormitando.
11:00 Hrs. ELLA se dispone a preparar el desayuno. Le pregunta si ya ha desayunado. Le contesta que no.
11:15 Hrs. ELLA comienza a desayunar. EL desayuna también. En silencio. Nadie inicia conversación alguna.
11:50 Hrs. EL se arregla rápidamente para ir a misa. ELLA se queda disfrutando de su desayuno. Cuando EL está listo y se dispone a salir, ELLA le pregunta ¿Va a ir tu hija a misa? EL le contesta, “no sé, yo ya me voy”. ELLA no contesta nada.
12:05 Hrs. EL llega a la iglesia y se encuentra a su hija y nieto. Juntos escuchan la palabra de Dios.
13:30 Hrs. EL regresa a casa después de misa. ELLA le reprocha haberla “dejado afuera” EL le comenta acomedidamente, que ELLA nunca citó su intención de ir a la misma iglesia que EL. ELLA le dice: “¡no grites que te estoy escuchando!” frase que siempre usa cuando lo trata de acorralar o de presionarlo.
El resto del día transcurre sin mediar palabra alguna entre ambos, salvo cuando van al supermercado y ELLA le insinúa su deseo de adquirir un par de lentes para el sol. EL se los compra. Cero comentarios de ELLA, una vez adquiridos los lentes."
Alguna vez, seguramente ustedes se han preguntado, si existirá algo mas terrible que la SOLEDAD.
Por supuesto que si. Vamos por partes.
Con el paso de los años, casi todas las relaciones de pareja se van deteriorando lentamente, tan lento, que a veces no es posible percatarse.
Pero con el paso de los años, ese deterioro se va haciendo más y más grande, hasta que ya no es posible ocultarlo.
Así, de esa manera, se llega a situaciones en las que, cualquier comentario dicho entre la pareja, es motivo de conflicto. Cualquier decisión tomada por uno de los miembros, es motivo de descontento por parte del otro.
Todo lo contrario de cuanto sucedía cuando eran recién casados o arrejuntados.
Y así se llega a los extremos del caso que aparece al principio de este escrito.
Cabe preguntarse:
Que tan sano resultará continuar “viviendo” en pareja?
O que tan perjudicial será para los integrantes de la pareja, romper con todo y tomar cada quien, senderos que tal vez no serán opuestos, pero si diferentes, para iniciar una nueva vida?
El problema se complica mas cuando existen hijos menores que sufrirán las consecuencias de este rompimiento, para lo cual deberán tomarse otras decisiones, para darle seguridad a esos hijos, frutos de esta relación de pareja.
Pero el caso que se ha descrito primeramente, no es tan complicado, ya que los hijos son mayores de edad, cada uno de ellos ha emprendido el vuelo y poco a poco estarán disfrutando de sus éxitos o rumiando sus fracasos.
Surge entonces una pregunta que quiero dejar al aire, para que los pocos o muchos lectores de este blog, emitan sus juicios y sus comentarios al respecto.
De antemano mi agradecimiento por esas opiniones, las cuales se irán reflejando en cada uno de los “comentarios” que ustedes asienten en esta página.
Y concluyo diciendo que si, efectivamente, existe algo peor que la SOLEDAD: la SOLEDAD EN COMPAÑÍA…..